jueves, 26 de julio de 2012

Juramentos masónicos: las “penalidades” o castigos físicos.( Parte I)


Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, domingo 5 de agosto.
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Se publica con autorización del blog Thruthlurker. http://truthlurker.over-blog.com/
Título original:
Serments maçonniques : Les « penalties » ou châtiments physiques,
éléments du serment maçonnique.
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¿Cuántos no se habrán sonreído interiormente al exigírsele aceptar que se le tronche la garganta,  arranque las tripas, o se arroje su cuerpo a las olas?
El autor, bajo las siglas de S.C.P. nos presenta un estudio, por lo menos instructivo, acerca del asunto de los castigos contenidos en los antiguos juramentos de Emulación, y propone estudiar esas “ penalidades” y abordarlas como:
Un ejemplo del debate ritual en la masonería inglesa.
Los juramentos de ritual ingleses comportan castigos físicos severos para cada grado.
Una anécdota ilustra el debate acerca de los castigos físicos dentro del ritual anglo sajón:
se desarrollaba una ceremonia de iniciación, el candidato, budista había satisfecho todas las condiciones y procedimientos, todo transcurría con normalidad hasta el momento en que se le pidió prestar el juramento: escuchó atentamente, se hizo repetir el texto, en especial la parte de los castigos físicos por perjurio, y levantándose, abandonó el templo dejando estupefactos a los miembros presentes.
El lugar, el rol de los castigos físicos o penalidades ha suscitado un debate de fondo, verdaderamente apasionante en el seno de la GLUI desde los años 1960 (1), reanudándose en los 80 dentro del contexto particular de una fuerte ola de antimasonería.
En 1984 aparece la obra de Stephen Knight titulada “The Brotherhood” (La Hermandad).
Para la anécdota, Stephen Knight es además el autor de “From Hell”(2) (desde el infierno) donde pretende establecer un vínculo entre la francmasonería, la familia real y Jack el Destripador.
Desgraciadamente para la Gran Logia Unida de Inglaterra, “La Hermandad” se convirtió en un best seller internacional.(3)
Esa obra ha desatado una oleada de fondo  antimasónica en Inglaterra. Retoma numerosos recitados muy conocidos para los continentales acerca del complot masónico,  pareciendo refrescar teorías muy antiguas (4).
Centra sus reflexiones sobre las consecuencias nefasas del secreto de pertenencia y  los asocia con ciertos escándalos político-financieros en los cuales habría estado involucrada la FM beneficiando con  protección  y favoritismo a algunas personas en razón de su pertenencia y además insiste mucho en la posición de la FM dentro de la policía londinense. (5)
Esos ataques no quedaron localizados, sino que el escándalo se extendió y ha repercutido en las instituciones políticas locales, aprovechado por ramas del partido laborista y por ciertos grupos religiosos.

Tal situación hace sonreir a los FM franceses, habituados desde hace mucho tiempo a ser las castañas de primavera o las de otoño y enfrentar con el desprecio o el silencio los ataques político- religiosos y los desbordes imaginativos del antimasonismo.
Pero, esa no es la posición de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Ella siempre se ha manifestado públicamente, con procesiones de francmasones decorados en eventos locales particulares, participación de los francmasones en ceremonias de colocación de piedras de fundación, inauguración de edificios públicos o lugares de culto…
The Craft, el Oficio, denominación de la francmasonería, ha constituido desde hace mucho tiempo uno de los pilares de la sociedad inglesa, pilar moral y social al servicio de la grandeza de Gran Bretaña, dentro de un orden jerárquico que comprende a la Iglesia de Inglaterra y la Realeza. Para comprender esta trinidad, será suficiente recordar que si la Reina es el jefe de la Iglesia Anglicana, numerosos reyes han ocupado el sitio de Gran Maestre ( por ejemplo su propio padre, George VI acumulaba los dos cargos a la vez) (6).
Ese sitial es ocupado actualmente por el duque Edward de Kent, su primo, Gran Maestre de la Gran Logia Unida de Inglaterra, además de Primer Gran Principal del Real Arco y es también un miembro de la familia real Michael de Kent ( hermano del anterior) que es Gran Maestre de la Gran Logia de la Marca.
De este modo todo atentado contra la francmasonería sería peligroso para a institución real misma.

Es en tal contexto que ha resurgido el debate acerca de los castigos físicos o penalidades contenidas en los juramentos de cada grado del Oficio.
En 1963-64 (7), una conferencia pronunciada en AQC (8), titulada “ las penalidades masónicas” ponía en evidencia una inquietud subyacente acerca de esa cuestión (¿cuál es el lugar y sentido de tales penalidades?, ¿cómo se justifican en un mundo moderno y abierto?. ¿ cómo pueden prestarlo sobre el VLS?) que llevó a votar una modificación del juramento en el ritual reemplazando las palabras “ bajo la pena de que..” por las de  “mantenerse constantemente bajo el espíritu de la antigua penalidad” (9), aunque la propuesta inicial fue la de transferir las penalidades del juramento a otra parte de la ceremonia.
Hay que destacar que ninguno de los eminentes participantes y referentes del debate pretendian una simple y pura supresión, pues el rol de las penalidades está íntimamente ligado al significado simbólico del signo penal.
El debate resurgió a mediados del año 1980.
Las modificaciones anteriormente aportadas parecían insuficientes frente a la explosión de anti-masonismo y dio pie a los defensores de las modificaciones mas drásticas, reabrir el debate.
Es cierto también que entre esos masones favorables a una modificación mas amplia se encontraba el GM, el duque de Kent, que anteriormente había declarado que la presencia de las penalidades en el juramento constituía para él un “moscardon en el sombrero”
El 11 de junio de 1986, la Gran Logia Unida de Inglaterra votó la moción de modificar el ritual, la penalidades fueron retiradas del juramento y asignadas a otra parte del ritual, convirtiéndose en algo estrictamente simbólico y alegórico.
En 1964, tanto como en 1986, los argumentos en pro o en contra de las modificaciones fueron los mismos (10).
En un esquema sintético:
1. Argumentos en contra de la supresión de las penalidades:
-Son parte inherente a la tradición masónica y al ritual y modificarlo sería afectar los landmarks, es decir a los principios fundamentales y fundatrices del Oficio, líneas que no estaría en poder de nadie derogar.
-Esta referencia a la tradición es crucial en un país monárquico y se entiende la necesidad de la estabilidad de las instituciones sociales.
-Si la masonería cede en ese punto a la presión de los medios, en poco tiempo deberá ceder en otros, mas y mas (11).
-No es posible imaginar que en un pais como el Reino Unido, tales castigos podrían ser efectivamente aplicados.
-El juramento perderá su fuerza de impacto si se suprimen las penalidades.
2. Argumentos a favor de la supresión de las penalidades:

-Las penalidades no son parte de los landmarks, que solo son límites encargados de definir los principios de fundación del Oficio, y el texto de los juramentos no fue adoptado hasta tres años después del Acta de Unión, en 1816.
- La brutalidad de las penalidades podría desalentar a los candidatos a la iniciación cuando lo preste sobre el Volumen de la Ley sagrada, y parecerle a ciertos candidatos como contrario a sus convicciones. El Oficio no implica nada contrario a los deberes civiles, morales o religiosos”.
-Las penalidades son alegóricas y deben figurar entre las otras explicaciones simbólicas de la ceremonia.
- ¿Cómo exigirle a un candidato que preste su juramento sin equívocos o reservas mentales de ninguna especie si debe en ese instante disociar las penalidades del conjunto de ese juramento?(12).
Todos acordaron considerar que el verdadero castigo del perjuro es la pérdida del honor y el buen nombre tal como figura en el texto del juramento (13)
Ahora la sanción será perder el buen nombre que le permite ser admitido a la logia.
Los argumentos (14) utilizados hicieron sobretodo referencia a un debate entre el apego a la tradición y la adaptación a la sociedad, las condiciones legales harían eventualmente posible un cambio semejante, pero tuvieron claramente menos referencia en el significado histórico o simbólico de esos violentos castigos físicos, como si ese punto importara poco en el debate o que fuera menos que la cuestión del lugar y el valor del juramento y apego a la permanencia de la tradición masónica.
¿Correspondía a esos francmasones modificar un elemento ritual que les fue legado intacto?

Al comenzar a estudiar el asunto, aparece que las penalidades físicas fueron tomadas de las leyes en vigor en los tiempos medievales, ante la hipótesis de un crimen de alta traición (16)
La fórmula era: “colgado, estirado y descuartizado”. El condenado era arrastrado por un caballo hasta el sitio de la ejecución,
Colgado sin matarle, hasta que se le abriera el vientre y eviscerarlo ( los órganos y miembros quemados ante los ojos de la victima) y por fin descuartizado ( desmembrado y decapitado) (18). Las dos últimas etapas podrían invertirse.
Era costumbre que los restos se expusieran en distintos lugares y poblados.
Por ejemplo, el escocés Dafydd ab Gruffyd fue el primer noble en ser ejecutado de esa forma después de haber traicionado al Rey Edgard I y autoproclamarse Príncipe de Gales.
Lo mismo William Wallace, mas conocido como Braveheart, corrió una suerte semejante. Sus restos fueron expuestos en cuatro poblados diferentes ( 19).
Guy Fawkes y sus cómplices también sufrieron el mismo suplicio.

En la marina, existían penas equivalentes: una ordenanza de 1451 preveía que en la hipótesis de haber revelado un secreto del Consejo del Rey, “el culpable sería mantenido en el límite de la bajamar, por tres veces, con las manos y pies atados, la garganta tronchada, la lengua arrancada y el cuerpo  será echado a la mar”. (20).
No solo se trataba de prevenir, sino de punir e infligir sufrimiento a la medida del crimen cometido y en la medida de la amenaza de desorden en el orden social, sino la de asegurar que ninguna sepultura cristiana le sea dada al perjuro ni al traidor., expulsado de la comunidad de los vivos, de la comunidad de los muertos y de la comunidad de los resucitados (21)
Harry Carr sintetiza el análisis histórico de la relación entre esas penalidades y la FM (22):
“ En los tiempos antiguos, la obligación era el tema central de la admisión al Oficio y los manuscritos de los Antiguos Cargos lo confirman, en esos iempos las obligaciones del Oficio se relacionan fuertemente a los juramentos de las guildas, que constaban de un juramento al Rey, al Maestro y a los Compañeros y las leyes del Oficio. Las formas mas antiguas de las obligaciones no contienen castigos.
El candidato juraba por “ my holydome” ( mi cúpula sagrada), expresión que significa “ por lo que yo tengo por sagrado”,  posteriormente, pero tampoco en la transmisión de los secretos la obligación contenía alguna penalidad.
El documento masónico mas antiguo que hace referencia a los castigos es el Edinburgh Register House MS, fechado en 1696. las penalidades no están contenidas en la obligación, sino que parece se comunicaban posteriormente.
En ese tiempo, no se conocían o practicaban mas que dos grados, y aparentemente el Aprendiz Ingresado repetía el juramento hecho, en el momento en que era hecho Compañero.
En el siglo 18 a pesar de existir numerosas formas de juramento y penalidades no son en general incorporadas en las mayor parte de las obligaciones pero sí son comunicadas en algún momento.
Las modalidades de las penas no son estáticas sino que evolucionaron a principios del siglo 18 (23) y en la divulgación de Prichard, masonry Dissected, publicada en 1730, ya hay una serie de penalidades físicas bien conocidas e implantadas pero son incorporadas, como en esta divulgación, en el juramento del Aprendiz. La ubicación de penas específicas para cada grado, es un desarrollo aún mas posterior.
Esto demuestra que las penalidades no son parte de los landmarks (24), esos fundamentos que un masón inglés jamás debe transgredir y no siempre figuran en el texto de los juramentos.
Los castigos corporales no tienen lugar en los Antiguos cargos de los masones operativos ingleses ( 25).
Pero, las mas antiguas menciones masónicas de penalidades aparecen en los manuscritos escoceses que practicaban la masonería ( especulativa) de la Palabra del masón ( Sloane, 1700, Dumfries, 1710), pero no en los manuscritos ingleses que no hacen referencia a tales prácticas (26).
Por el contrario, a partir de 1720, con la importación de prácticas operativas escocesas entre las inglesas especulativas, diferentes divulgaciones comienzan a mencionar a los castigos físicos.(27)

Pero volvamos a la época contemporánea: el debate acerca de las penas corporales quedo cerrado para la Gran Logia Unida de Inglaterra el 27 de junio de 1986  (28).
Una vez que la calma retornó, se pudo ver que no era mas que una ipresión superficial, las corrientes continuaron agitándose en lo profundo con reflexiones respecto a la fuerza del juramento: ¿cuál es el lugar para el compromiso, para la obligación que formaliza el jurameno?. ¿Qué garantía ( inforcement) se incluye para asegurarse del respeto a la obligación contraída.?
El juramento constituye uno de los elementos mas potenes de la ceremonia de recepción por la cual el pasaje de un estado a otro, queda marcado.
La obligación está constituida por la realización de una afirmación formal, o de la declaración de una verdad o de la promesa de mantener un compromiso;  al tomar como referente-garante- testigo, una entidad o un objeto sagrado, la falta de observancia entraña la sanción.

La formalización del compromiso bajo la forma de un juramento al que se da la naturaleza de un compromiso del individuo con una referencia sagrada, trascendente, compromete al mismo con el mundo de los vivos tanto como el de los muertos, porque es prestado sobre el VLS.
Se compromete totalmente al tomarlo y la fuerza de impacto global proporciona toda su fuerza a un enfoque masónico iniciático, cualquiera sea el marco en que se ejerza.
El juramento masónico contiene un lazo con lo numinoso, de otra manera no será mas que una declaración (29). La antigua expresión “por lo que tengo por mas sagrado” evocada precedentemente  toma  todo su sentido.
Toda reflexión sobre el juramento lleva a considerar la importancia de la necesidad de asegurar la plena factibilidad del juramento y de su permanencia y de la fuerza con que actúa sobre el individuo y su mente (30).
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Fin parte I.
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domingo, 15 de julio de 2012

¿HAY UN CONTENIDO ESOTÉRICO EN LA FRANCMASONERÍA?


Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, el jueves 26 de julio.
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Notas extraídas de la publicación del Canonbury Masonic Research Centre.
http://www.canonbury.ac.uk/lectures/esoteric.htm
Título original: Freemasonry and Esoteric Movements
Robert Gilbert, marzo de 2000
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En este trabajo, publicado originalmente por el Centro de Investigaciones Masónicas Cannonbury, de Inglaterra, su autor argumenta que existe una gran diferencia, y aún que hay incompatibilidad entre movimientos esotéricos y la francmasonería ortodoxa, tal como la de los primeros tres grados en Inglaterra, dedicada solo a educar a los hermanos en aspectos morales mediante símbolos y ceremonias, considerando a los altos grados con sus pretensiones caballerescas como injertos e invenciones.
En todo caso, aquí está la traducción libre de la mayor parte de ese artículo en el cual no faltan tampoco algunas frases de inconfundible humor inglés.
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Dice el autor:

-Todos sabemos, por supuesto, lo que es la Francmasonería. La Gran Logia Unida de Inglaterra en un folleto publicado por su Departamento de Propósitos generales en 1984,  ( Qué es la Francmasonería?). la definía así:
“ es una de las sociedades fraternales seculares mas antigua del mundo, una sociedad de hombres relacionada con los valores espirituales. Sus miembros se educan en sus preceptos mediante una serie de dramas rituales que siguen antiguas formas y usos de los masones canteros  con sus herramientas como guías alegóricas
La calificación esencial para ser admitido y mantener la membresía es la creencia en un Ser Supremo. La membresía está abierta a hombres de todas las razas y religiones que puedan cumplir con esa calificación esencial y que sean de buena reputación” .

-Todo eso está muy bien, pero sabemos que hay algo mas- o creemos que lo hay- ¿Tiene la francmasonería algún aspecto esotérico reservado para los elegidos?, ¿ hay doctrinas secretas ocultas en el simbolismo de las ceremonias?, las ceremonias de Iniciación, Ascenso y Exaltación, ¿no serán quintaesencia de los ritos de pasaje, con una estructura básica que tiene elementos en común con rituales similares de otras culturas distantes en tiempo y espacio?
A la última pregunta, debo responder que “Sí”, pero a las otras, decididamente que “ No”
-La Francmasonería se relaciona estrechamente a la moral. Sus símbolos son interpretados por el candidato en términos morales ( así, cuando se muestran las herramientas de trabajo en el primer grado , al candidato se le dice “ aplicamos esas herramientas a nuestra moral” y la ceremonia hace efectivamente hincapié en las virtudes particulares..
-Por supuesto que uno puede argumentar que el Tercer Grado también es una puesta para recordar al candidato que es mortal al ser exaltado- el no es simbólicamente resucitado desde la muerte como Hiram Abiff ( a quien debido a sus cualidades de coraje, integridad y constancia, se anima al candidato a emularlo), sino literalmente levantado desde la muerte .
-Pero en la historia tradicional que se relata durante el curso de la ceremonia. Hiram Abiff simplemente es vuelto a enterrar con los honores y el respeto debido.

Y qué de los Cuadros de Dibujos? ¿No hay interpretaciones esotéricas del simbolismo en esas complejas imágenes visuales?. Indudablemente que las hay, pero no son masónicas.
Las explicaciones que se dan en los rituales de los tres grados del Oficio se refieren solamente a las leyendas respectivas de tales grados y a los símbolos que el candidato encuentra en el curso de la ceremonia ( y aquí me doy cuenta que he puesto a mi público contra las cuerdas, pues no todos de vosotros sois masones- o al menos no reconocidos como tales por masones que alegan pertenencia a la Gran Logia Unida de Inglaterra- y así, cualquier masón que disienta de mis opiniones no podrá justificar su disenso sin romper sus juramentos.
Por supuesto que ese masón puede hacerlo, y probablemente me lo dirá en privado- pero estará equivocado..).

También es posible argumentar que lo que yo estoy discutiendo es la francmasonería de 1717 y posterior y que la sabiduría esotérica de la pre- Gran Logia es otro asunto. ¿ Lo es?.
En ninguna parte de los Antiguos Cargos- las Constituciones manuscritas de la antigua masonería, en su mayor parte en la base de la primera Gran Logia- se halla el menor rastro de doctrinas secretas.
Hay Juramentos de mantener el secreto, hay Catecismos con explicaciones de los signos, toques y palabras y rituales poco sofisticados de los grados del oficio, pero de enseñanzas secretas, nada.

Pero, si la francmasonería es simple y solamente un sistema de moral enseñada e inculcada en forma de catecismos, ¿como es que en la mentalidad popular está firmemente asociada a las sociedades secretas y a doctrinas y prácticas de muchas formas de ocultismo?
Este estado de cosas, creo yo que se produjo por incomprensión y por un accidente histórico. Permitidme explicarlo:

Tan lejos como podemos hablar de francmasonería en su presente forma, se deriva de un grupo asociado estrechamente a algunas logias masónicas, que a su vez derivaron en forma y estructura, si no en sustancia, de un modo que aún no comprendemos del todo, de las asociaciones de masones operativos.
Esos cuerpos proto- masónicos de mediados del siglo 17 no estaban relacionados con el trabajo de la construcción; su propósito parece haber sido el de la práctica y promoción de la tolerancia mutua entre los hombres, que de otra forma, por razones de pertenencia política o religiosa, hubieran permanecido perpetuamente a distancia entre ellos.
( Debo consignar aquí, que hay otras teorías referentes al origen de la francmasonería que han sido presentadas en los dos últimos siglos. Algunas argumentan derivar del antiguo Egipto, otras proclaman que la francmasonería desciende de los Caballeros Templarios o de los Rosacruces, pero ninguna de tales teorías ofrece alguna evidencia, sea documental o de otra forma).
La identidad de sus miembros continúa siendo totalmente desconocida y cualquier prueba sólida de sus motivos ecuménicos no ha podido ser hallada.
Aún así, algún propósito relacionado a la tolerancia en una de las eras mas intolerantes, parece haber sido el motor que motivaba a esos proto-masones.
Qué ceremonias llevaban a cabo, si es que tenían alguna, no lo sabemos- aunque dada la psicología humana- la necesidad espiritual por algún tipo de ritual, es posible que hubieran edificado un sustituto secular de la elaborada liturgia Católica, que se habría perdido en la época de la Reforma- ni sabemos tampoco que simbolismo empleaban mas allá de aquellos relacionados al oficio de la construcción en general( herramientas de trabajo) y con una edificación en particular ( el Templo del Rey Salomón).
Que todos ellos hubieran sido creyentes, cristianos ortodoxos, parece cierto- no hay evidencia en contrario- aunque probablemente proviniesen de las tres mayores divisiones de la fe cristiana que entonces podía hallarse en este país: Anglicana ( o verdad en la doctrina y la practica), católica Romana( defectuosa en la doctrina) y Disidente ( defectuosa en doctrina y práctica).
( Podrán ver que mis calificaciones reflejan mis propias preferencias por el verdadero cristianismo…)

Lo que sí se sabe es que esta proto-masonería no incluía a no cristianos, no hubo judíos hasta 1721, y que no albergaba ni panteístas ni paganos ni ateos.
Y si esos hombres estaban involucrados en especulaciones filosóficas, no tenemos pruebas de ello.
Lo que podemos decir, y aún esto no es mas que una probabilidad es que buscaban que Inglaterra llegara a ser y permanecer como una sociedad cohesiva y relativamente tolerante en paz consigo misma ( en los primeros años de la primera Gran Logia había jacobitas y masones legalistas, lo que apoya este punto de vista)

Esto cambió cuando la francmasonería especulativa fue exportada al continente. En Francia, en Alemania y en el Imperio Habsburgo, la francmasonería fue adoptada con gusto por la aristocracia pero se la veía a una luz muy diferente de la inglesa.
Mientras para nosotros era un instrumento de cohesión e igualitarismo social, la francmasonería para los aristócratas continentales era signo de su elitismo.
No se contentaban con simples reglas de moralidad, o con la emulación de los artesanos, esos francmasones europeos injertaron el ethos, leyendas y supuestos rituales de las antiguas órdenes de caballería. En eso fueron inspirados por el Discurso del Caballero Ramsay, primeramente publicado en 1737. Ramsay sostenía que la francmasonería no descendía de los masones canteros operativos sino de los caballeros a su retorno de las Cruzadas- no la atribuía a los Caballeros Templarios- pero no ofreció ninguna muestra de sus doctrinas esotéricas.
Puede que su intención fuera que la Orden se volviera aceptable al papado, pero si fue así, fracasó: en 1738 después de la promulgación de la Bula antimasónica In Eminente, el Discurso de Ramsay fue quemado públicamente en Roma.
Desde entonces, Ramsay desapareció de la escena, colocando su lealtad a su Iglesia por encima del entusiasmo por el Oficio.
Esa atribución a la francmasonería de un origen de elite y la hostilidad papal ( que cuatrocientos años antes había dispersado a los caballeros Templarios y quemado a su Gran Maestre), pudo haber llevado a algunos masones continentales a considerar a la masonería como un vehículo apropiado para transmitir doctrinas secretas de su propia invención.
Y dado que una forma de Rosacrucismo, la Hermandad de la Rosacruz de Oro, basada en prácticas alquímicas estaba activa en Alemania después de 1710, es posible que el mito rosacruciano con su bóveda secreta y un libro misterioso, fuera injertado sino todo, en parte al menos, en alguna forma caballeresca de francmasonería.
Y aún puede ser que tal versión de la francmasonería pueda encontrarse detrás del establecimiento en Inglaterra tanto del Real Arco como de la Real Orden de Escocia.
Si es así, ese híbrido ¿podía llamarse con justicia francmasonería o debía llegar a convertirse en un movimiento esotérico?

Pero aunque lo hubiera hecho, a su vuelta a la prosaica sociedad inglesa con su robusta y tradicional forma de francmasonería, habría ahogado cualquier viñedo capaz de dar algún vino esotérico.
Lo que sucedió en el continente es otro asunto.
La masonería a la vez fue expansiva y ortodoxa, pero hubo una proliferación de Altos Grados ( Hauts Grades) que poco tenían que ver con la masonería y sí mucho con el esoterismo.
¿Podría haber sido que se categorizaran como movimiento esotérico y entonces o mas tarde ejercieran alguna influencia sobre el ethos y la práctica de la verdadera francmasonería?

Antes de intentar dar una respuesta, creo que este es el momento de que Yo defina el termino “ movimiento esotérico”. Deliberadamente he evitado los términos mas exendidos y específicos como “ sociedad secreta” o “ hermetica” u “ Orden Esotérica”,
Pero no hasta que, como Humpty Dumpty, le dé a las palabras el sentido que yo digo que tienen, pero con el propósito de incluir instituciones que no se interesan en el trabajo ceremonias, como también en las que lo hacen.
Entonces: ¿qué es un movimiento esotérico?.
Esencialmente se trata de alguna institución ( una de misterios “ instituidos” en las palabras de A.E. Waite), que forman una parte legítima de la Tradición occidental de los Misterios; en otros términos, un camino espiritual común que busca deshacer la Caida.
Sus doctrinas son una exposición de la naturaleza de la Caída y del Sendero del Retorno, en tanto que sus prácticas se relacionan con la forma activa de encontrar semejante vía.
Alguna vez he dado esta definición de cierta parte de los Misterios de Eleusis que se ajusta a las practicas de la mayoría de los movimientos esotéricos, y es que se diseñaron para llevar al iniciado a una toma de conciencia de lo sagrado y de lo intemporal en lo cual existe, y por ella ganar una sabiduría secreta que no puede ser compartida con el mundo no iniciado( R.A. Gilbert, Elementos de Misticismo, 1991, pp 4-5)
Se podría agregar que tal sabiduría secreta proporciona un supuesto acceso a una gnosis, un conocimiento secreto que ayudaría al iniciado a comprender la mecánica de la caída (  que puede haberse expresado mitológicamente) y llegar a la relación entre los mundos materiales y espirituales, sus diferentes naturalezas y la correspondencia que pueda existir entre ellos.

Definidos de ese modo, los Movimientos Esotéricos pueden incluir diversas instituciones, tales como la Iglesia Cátara de la primera Edad Media, con sus doctrinas reservadas a sus perfectii; la Fraternidad de los Rosacruces, de la cual  parece jamás tuvo una existencia objetiva antes de 1710; la Sociedad de los  Filadelfos de fines del siglo 17, que no era una sociedad secreta, pero cuyas doctrinas sí lo eran en virtud de que eran incomprensibles al no iniciado; y la Orden esotérica secreta por excelencia, la Orden Hermética de la Golden Dawn.
Pero no se puede incluir a la francmasonería.
La Francmasonería no pretende imponer la fe de sus miembros, y en tanto que ofrece la esperanza de una vida futura, no está buscando un retorno, o el logro de alguna unidad orgánica con Dios.
Sus ceremonias fueron diseñadas para inculcar mensajes de moral en el candidato, pero no para estimular experiencias numinosas.
Entonces los Altos Grados, ¿eran esotéricos o masónicos?
Parecen haber sido un híbrido  inclinado hacia la francmasonería en forma y estructura pero hacia el esoterismo en sustancia, como por ejemplo, en su contenido filosófico y espiritual.
Aparte de tales híbridos, nacieron algunos verdaderos movimientos esotéricos. La Rosacruz de Oro de Sigmund Richter de 1710, renació en 1757 con rituales claramente basados en formas masónicas, pero con contenidos doctrinales totalmente alquímicos
( en el sentido de una alquimia espiritual) y cabalístico. Sobrevivió hasta el fin del siglo 18 pero jamás se enraizó en este país; sin embargo la masonería Inglesa permaneció firmemente prosaica a través de las disputas, divisiones y la final Gran Unión de sus primeros cien años.

La discreta actividad esotérica que tuvo lugar en Inglaterra del siglo 18 fue casi desconocida y débil y no tuvo equivalentes obvios con los Altos Grados, ni rosacrucismo organizado ni sociedades neo gnósticas.
¿Esto fue así porque la francmasonería congeniaba mas con el temperamento inglés?
Posiblemente, pero Gran Bretaña era además un Reino Unido, sin la plétora de pequeños principados y multiplicidad de cortesanos estratificados socialmente.
En su mayor parte solo quienes podían darse el lujo de perder el tiempo en búsquedas esotéricas, realmente podían interesarse, pero en este país sencillamente no existían hombres y mujeres educados y financieramente independientes como para involucrarse en caminos espirituales.
La emancipación religiosa, social y politica gradualmente iba progresando en el siglo 19
Y mucho mas rápido lo fue en Europa, pero en este páis fue gradual y tambien lo fue para los movimientos esotéricos establecidos aquí.
Algunos tales como los grupos Behmenistas alrededor de James Pierrepont Greaves y Edgard y Anne Penny, no tenían contenido ceremonias y no tomaron nada de la francmasonería. Aún para ocultistas de practica y magia ceremonial tales como Ebenezer Sibly y Frederick Hockley, no existía mezcla entre sus actividades masónicas y esotéricas- y ciertamente ninguna fusión.
No fue sino hasta que la mano muerta del Duque de Sussex fue levantada de la francmasonería Inglesa que se hizo algún intento de introducir grados adicionales en este país. Y cuando ocurrió, comenzaron por el Rito Antiguo y Aceptado de 1845, permaneciendo firmemente en las manos masónicas ortodoxas y con un estricto ethos.
Solamente con la fundación de la Sociedad masónica Rosacruz, la Societas Rosicruciana in Anglia, (SRIA) ,en 1866 , hubo un serio intento de unir el esoterismo con la francmasonería. en 1878, después de la muerte del fundador de la Sociedad, Robert Wentworth Little
La SRIA derivó de una forma preexistente de Sociedad Escocesa que pretendía descender de una antigua Sociedad Inglesa floreciente en 1850 y que no exigía calificaciones masónicas para la membresía, pero Little se esforzó en convertirla en algo adjunto a una orden puramente masónica, la Cruz Roja de Roma y Constantino.
Personalmente no parece haber tenido un gran interés por el ocultismo en general o el Rosucismo en particulaer, aunque algo mas que otro de sus cofundadores, W.J. Hugham, que esencialmente era un historiador masónico ortodoxo sin entusiasmo por las actividades esotéricas, a pesar de que contribuyó con escritos de los primeros rosacruces al periódico de la Sociedad, el The Rosicrucian; algunos de los primeros miembros, especialmente Kenneth Mackenzie y F.G. Irwin, se inclinaban mas hacia el ocultismo que a la francmasonería, pero fueron los sucesores de Little en el oficio de Mago Supremo que provocaron un cambio real.
En la persona del Dr. William Woodman y William G. Wescott eran dedicados ocultistas para quienes esas actividades eran mas importantes que las masónicas.
A pesar de todo, la SRIA, tal como es testificado por sus miembros, claramente debe mucho de su estructura ritual al del Rito masónico Antiguo y Aceptado.

De alguna manera, cuando Wescott y Woodman, ayudados y apadrinados por Samuel Liddell Mathers, otro prominente miembro de SRIA, fundaron la Orden Hermética de la Golden Dawn en 1888, lograron fusionar elementos de la francmasonería con otros  de Ordenes y Sociedades mas estrictamente esotéricas. La estructura ceremonial, el Templo y la regalía de la Golden Dawn se basan en gran medida en el Real Arco masónico: por ejemplo, hay mucha similitud entre las túnicas, cetros y posiciones en el templo de los tres Principales de un capítulo Real Arco y los del Imperator, Praemonstrator y Cancellarius de un templo Goleen Dawn.
Aquellos que estén familiarizados con ambos cuerpos notaran además paralelos entre los estandartes y el altar central de cada una. Pero en términos de ethos y enseñanzas, la Golden Dawn fue- y presumiblemente lo sigue siendo- esencialmente esotérica.

Entonces, ¿hay una fusión de esos dos tipos de trabajo?
En términos pragmáticos, tal vez- pero no porque no hay elementos esotéricos en la masonería, simplemente lo parece porque los elementos estructurales, la psicodinámica de los rituales iniciáticos básicamente son los mismos dondequiera que se pongan a trabajar.
En cualquier verdadera ceremonia de iniciación, si no en todas, deben estar presentes los siguientes elementos:
El candidato entra en tinieblas tal que en el desarrollo la ceremonia conduce a la luz.
  1. El ( o ella) serán sometidos a un número significaivo de viajes simbólicos que incluyen pruebas; el uso ritual de sonidos musicales ( usualmente con un acompañamiento de voces humanas); y la estimulación de los sentidos de tacto ( quizás con algún arma simbólica) y de olfato ( incienso).
  2. Presta su Obligación de guardar en secreto lo que haya aprendido y aceptará las responsabilidades de su nueva situación ( el es, por supuesto, incapaz de divulgar la esencia de su experiencia interior de la ceremonia, que por su propia naturaleza es incomunicable a otro).
  3. Se le confía un conocimiento secreto ( práctico en forma de signos de reconocimiento y teórica como comienzo del proceso de adquirir sabiduría secreta).
  4. Se le da la bienvenida a su nuevo grupo de pares en una forma sacramental  (usualmente por alguna comida sagrada)(5)
 Será de inmediato aparente a los francmasones que la parte teórica del elemento (4) y el total del elemento (5) están por completo ausentes de los rituales masónicos de iniciación, a menos que la mesa puramente festiva y social se tome como que represente alguna comida sagrada- un paralelo difícil de justificar para aquellos con experiencia en los banquetes masónicos.

 Entonces, ¿ qué se puede deducir de esta comparación entre la institución masónica y una esotérica en un rápido galope entre sus respectivas historias?.
Podemos concluir, sigo sosteniéndolo, que son animales diferentes.
Hay, ciertamente, paralelos claros y elementos que se poseen en común: pero una organización debe tener una jerarquía, aunque mas no sea para ser bien administrada, en tanto que el trabajo de ceremonia- no importa su función- requiere de una estructura establecida y regalía que identifique a quienes toman parte en ella.
Los símbolos que expresan conceptos novedosos o poco familiares para el candidato en una forma no verbal, son moneda corriente de todo ceremonial, no importa cual fuese el mensaje a transmitir.
Las diferencias entre las dos, son sin embargo mas profundas.
En francmasonería, las ceremonias se diseñaron para convenir una serie de preceptos morales sencillos, nada mas y nada menos.
No existe un desarrollo progresivo de algún conocimiento secreto ni una revelación progresiva por ir atravesando rituales, y hay una metáfora antes que un cambio real del estado psico-espiritual dentro del candidato ( no se niega la posibilidad de que los iniciados en masonería puedan haber experimentado tales cambios; pero no ocurre en general).
Hay también otras diferencias significativas. La francmasonería esencialmente es una  “organización abierta”; no oculta el hecho de su existencia ni requiere que sus miembros oculten su pertenencia a la misma; se declaran abiertamente los fines y objetivos; no oculta que sus trabajos en las ceremonias de iniciación inculcan y refuerzan mensajes morales y sencillamente mantiene en privado el contenido específico de las ceremonias; no tiene doctrinas secretas y sus únicos “ secretos” son los signos de reconocimiento usados en un contexto ceremonial; no se entromete ni intenta cambiar las creencias o prácticas espirituales de sus miembros.
Para la mayoría de sus miembros, la francmasonería es un club social con aspectos de caridad que refuerzan preceptos morales mediante el auxilio de un ritual.
Brevemente, que llena una necesidad muy diferente y cumple una función muy distinta de la de un movimiento esotérico.

Comparados con la francmasonería, los movimientos esotéricos son sistemas cerrados.
Sus doctrinas, prácticas y membresía se reservan del mundo exterior y aún su propia existencia, muchas veces se mantiene en secreto.
Este secreto no es por alguna razón dudosa, sino para mantener en privado lo que no puede manifestarse, excepto en un ambiente resguardado en el cual pudiera existir efectivamente alguna interacción psico- espiritual de los miembros de la Orden o Sociedad en cuestión.
Hay además un desarrollo progresivo del conocimiento secreto, o gnosis, que se hace inteligible por via de la experiencia ritual y la disciplina de la practica espiritual privada ( ejemplo, oración, ejercicios de meditación y espirituales tal como los dejados por St. Ignacio de Loyola).
En términos generales, los movimientos esotéricos son iluminantes, revelaorios y espiritualmente revolucionarios, en tanto que la francmasonería es prosaica y representativa de la ortodoxia y las costumbres del orden establecido.

La pregunta permanece: ¿ pueden mezclarse?, ¿son compatibles?.
Hablando desde mi experiencia personal, yo digo que no es posible.

Sería inapropiado identificar aquí a los cuerpos involucrados, pero puedo enfatizar la falta de compatibilidad entre órdenes masónicas y movimientos esotéricos mediante los siguientes ejemplos:

Conozco un cuerpo masónico que intentó injertar principios y prácticas esotéricas a sus trabajos, con resultados desastrosos: el problema parecía ser la ineptitud ritual de la mayoría de los oficiales, pero para el candidato ( que no era yo), la consecuencia fue la de anular cualquier efecto psico- espiritual que pudiera haber existido.
De la misma forma la intrusión de un bovino “ cuchillo y tenedor “ masónicos en un rito verdaderamente espiritual  dentro de la francmasonería, invariablemente conduce a un desastre que no puede mitigarse.

He podido apreciar con consternación de su verdadero ethos, a un cuerpo masónico que se reunía en el continente europeo; es caballeresco en esencia y su propósito el de guiar a sus candidatos hacia su regeneración espiritual, pero cuando el balance numérico de miembros llegó a inclinarse hacia la tendencia “ cuchillo y tenedor”, la regeneración se deslizó a la degeneración y el rito en cuestión- en este ejemplo específico- se convirtió en una cáscara carente de sentido y vació de toda presencia espiritual.
Su palabra secreta  ahora debería ser “ Ichabod” ( la gloria se ha ido )

Quizás la masonería haya llegado a ser demasiado materialista y los movimientos esotéricos demasiado idealistas, pero sea cual fuere la razón, los dos caminos en esencia son incompatibles.
Uno puede ir y venir por alguno en diferentes ocasiones ( Yo esoy felizmente involucrado en muchos cuerpos masónicos , pero igualmente en muchos movimientos esotéricos, y con una excepción, estoy feliz de decirlo-en privado- pero uno no puede montar los dos caballos a la vez.
Eventualmente un camino deja de atraer y el otro se vuelve mas excitante: es el momento de decidor cual seguir.
Como en la parábola del pobre Lazaro y el rico Epulón ( conocéis una historia- la imposibilidad de que un rico pase la puerta del cielo tal como un camello por el ojo de un aguja) hay un gran abismo entre los dos, pero cual de ellos es resumido en Lázaro y cual por el rico, no puedo decirlo. O mas bien, la diplomacia exige que no lo haga.
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jueves, 5 de julio de 2012

¿FRANCMASONERÍA o FRANCMASONERÍAS? Parte II y última.


Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín: domingo 15 de julio.
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Es continuación……..

 
Una nueva diferencia, consecuencia de la organización diferente de las logias de Escocia e Inglaterra, que hemos evocado antes, aparece en Gran Bretaña y se desarrollará sobre suelo de Francia.
En el momento de su creación, la Gran Logia de Londres no conocía mas que dos grados, aprendiz y compañero, la noción de maestro estaba reservada al Venerable Maestro de la logia, en tanto que en Escocia había muchos maestros en cada logia, y que un grado específico existía para la maestría. Un manuscrito escocés de 1700 y uno irlandés de 1711 lo muestran de manera convergente e irrefutable. En Francia, el 11 de diciembre de 1743 los seguidores de la línea Andersoniana publican los Reglamentos Generales extraídos de los antiguos registros de logia al uso de las de Francia, reproduciendo en su casi totalidad las Constituciones de Anderson, y aquí esta la evidencia, no se conocían ni reconocían como legítimos mas que a los dos primeros grados.
Entonces, en 1737, Lord Derwentwater, “Gran Maestre de esa orden y jacobita además”, envía al barón Carl Fredrik Scheffer un poder para Suecia de “ hacer maestros masones y nombrar a los maestros y vigilantes de las logias que constituya”.
Acerca de ese mismo tercer grado, un documento de los archivos de la Gran Logia de Suecia confirma que “el barón Scheffer recibió ese año, además los otros dos grados de San Juan así como los dos grados escoceses”.

La masonería que llamamos escocesa y su recorrido hasta el tercer grado, existió en Francia gracias a ese movimiento escocés y jacobita y no le debe nada a la francmasonería andersoniana importada por la Gran Logia de Londres.

Pero, en los siglos que siguieron, las cosas no fueron así tan simples.
En 1773, bajo la presión de su nuevo administrador general, el Duque de Montmorency-Luxembourg, la Gran Logia de Francia decidió cambiar de estatus y denominación, convirtiéndose en Gran Oriente de Francia.
Según el estudio de Claude Guérillot, solo 176 logias sobre 417, decidieron pertenecer al Gran Oriente, y una mayoría de logias optaron por mantener la Gran Logia de Francia.
Pero el esfuerzo de reclutamiento ya no sería el mismo y a la víspera de la Revolución Francesa había 780 logias en Francia: 537 por el Gran Oriente de Francia donde la mitad eran escocesas, y 243 por la Gran logia de Francia con un tercio de escocesas.
La francmasonería saldrá exangue de la revolución: 30 logias solamente para toda Francia, y los sucesivos regímenes, Primer Imperio, Restauración, Segundo Imperio, intentaron mantenerla unificada y por tanto controlable, bajo la égida del Gran Oriente de Francia que se declaró resueltamente Andersoniana, pero las pocas logias escocesas supervivientes, principalmente de Provenza y París fueron de la resistencia. Las logias escocesas de Francia, bajo la égida del Supremo Consejo de Francia y de una efímera Gran Logia General Escocesa, marcaron de nuevo en 1804 su adhesión a la antigua tradición escocesa e irlandesa adoptando para los tres primeros grados los rituales directamente inspirados en los de la Gran Logia de los Antiguos de 1751, aún en uso en nuestros días.

El siglo XIX verá la evolución y la fijación definitiva de esas corrientes.
En Inglaterra y en los Estados Unidos, la francmasonería antigua y moderna se reunieron en 1813 conservando un modo de dirección, de reclutamiento y de funcionamiento en su casi totalidad andersoniano, pero adoptando de los Antiguos la obligación de la creencia en un Dios revelado.
Esa francmasonería anglosajona no introducirá jamás en sus logias los momentos de discusión y de intercambio , a favor de una reunión de mesa, quedando de este modo una suerte de francmasonería de club muy orientado a la beneficencia.
En cuanto a la francmasonería francesa pronto aparecerá en sus logias un documento e 1738 atestiguando los momentos de trabajo acerca de algún tema, de discusión e intercambio que llegó a ser rápidamente el corazón de las reuniones masónicas.
En Francia, la corriente Andersoniana, bajo la égida del Gran oriente de Francia y la corriente escocesa evolucionaron en forma muy diferente en lo que concierne a la relación con la religión o la espiritualidad y en lo que concierne a los objetivos de la francmasonería.
En lo concerniente a los objetivos de la francmasonería, y a riesgo de caricaturizar un poco, puede decirse que el Gran Oriente de Francia puede ser que en razón de sus relaciones estrechas con los sucesivos poderes, haya desarrollado en sus logias un interés muy vivo por los problemas de la sociedad, y a un nivel nacional busca pesar sobre el poder para hacer avanzar las soluciones progresistas que preconiza.
La tercera república será el ejemplo.
En cuanto a la francmasonería escocesa, mas discreta, se consagra principalmente al progreso y la educación del francmasón mismo. Eso no significa que esos masones escoceses no hayan tenido en su momento una influencia decisiva sobre una sociedad aún en plena evolución, pero eso ya fue y hoy todo se hace mas bien a título individual.
En el dominio espiritual, desde antes de la revolución, todas las corrientes de la francmasonería cohabitaban sin distinción con la noción de Dios con la del Gran Arquitecto del Universo, usando en sus textos, según los momentos, sea una, sea otra, sean las dos al mismo tiempo.
Bajo la influencia del positivismo reinante en la segunda parte del siglo XIX, la francmasonería fue obligada a precisar su pensamiento en esos dominios, arribando para los años 1875 y 1877 a posiciones bien distintas.
En 1877 el Gran Oriente de Francia no solo abandonó la noción de Dios, sino que decidió no imponer mas a sus logias la referencia al Gran Arquitecto del Universo.
Hasta hoy ese término está ausente en los textos del Gran Oriente, haciendo prueba en todas ocasiones de una laicidad, que llaman militante.

La francmasonería escocesa, por su parte, abandonó progresivamente en el curso del siglo XVIII su catolicismo inicial, abriéndose a los protestantes, y después de comienzo del siglo XIX a numerosos fieles de la religión de Moisés.
Proclamó a principios de 1875 su adhesión a un principio que trasciende al hombre: “ la
francmasonería proclama como lo ha proclamado desde su origen, la existencia de un principio creador bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo. No impone ningún límite a la búsqueda de la verdad y para garantizar a todos esa libertad es que exige a todos la tolerancia”
Adolphe Cremieux, varias veces ministro de la República, Soberano Gran Comendador y Gran Maestre de la francmasonería escocesa de Francia, pero también presidente de la Alianza Israelita Universal, escribía en 1878: “ La masonería no les preguntará si son católicos, protestantes, judíos, mahometanos. A los hombres para los que la religión es el consuelo supremo, la masonería les dice: cultivad vuestra religión sin obstáculo, seguid la inspiración de vuestra conciencia; la francmasonería no es una religión ni un culto. La masonería de hoy día vive sobretodo para el espíritu, y cuando dice a la gloria del gran arquitecto del universo está reconociendo la fuente de esa inteligencia que dirige el mundo en cuyo seno vivimos. El espiritualismo es el fondo verdadero de la masonería”.
Hoy diríamos: “ la espiritualidad es el fondo verdadero de la francmasonería escocesa”.
En 1913, Edouard de Ribaucourt, apoyado en la logia L ´Anglaise de Burdeos reintroducirá en Francia la francmasonería Andersoniana anglosajona y creará la Gran Logia Nacional Independiente y Regular que devino en nuestros dias en la Gran Logia Nacional Francesa.
Vemos así que cohabitan hoy día en Francia tres corrientes de la francmasonería que yo
esquematizaría o caracterizaría así:
La francmasonería andersoniana moderna conducida en particular por el Gran Oriente de Francia que trabaja para el mejoramiento material y moral de la humanidad a través de un humanismo social y laico; la francmasonería andersoniana anglosajona que exige la creencia en un Dios revelado, y que no realiza trabajos de reflexión en común poniendo el acento en la caridad, y nuestra francmasonería, la francmasonería escocesa, que trabaja por el mejoramiento interior de sus miembros en una espiritualidad libre de todo dogma, y donde su principal representante es la Gran Logia de Francia.
Esa espiritualidad libre es la que permite a cada uno acceder a la Trascendencia sin abdicar de la lógica de su pensamiento y su vida, respondiendo perfectamente   a esa necesidad confusamente percibida de “ esa locura sentimental que sueña con estrellas y velos” , que no se satisface mas con el materialismo y la friebre de nuestra sociedad de consumo, pero que ha dejado atrás los dogmas y los misterios de la religión de sus padres.
El occidental del siglo XXI ha liberado su pensamiento de los dogmas de la religión, pero abandona todavía su inteligencia a los dogmas del pensamiento único propagado por la opinión pública, su corazón y su cuerpo a las pulsiones de la sociedad de consumo puesta en marcha por los medios.

De eso con seguridad es que proviene el desencanto del mundo y la desesperación. El pensamiento libre, pero aquel en búsqueda de “ las colinas eternas” del espíritu que propone nuestra francmasonería, aporta una respuesta perfectamente adaptada.
Ese es, creo yo, el mensaje espiritual que tenemos la imperiosa necesidad de transmitir y sin duda, el corazón de lo que forma verdaderamente la toma de palabra de la Gran Logia de Francia.
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